domingo, 14 de abril de 2013

Hacia una definición sobre Literatura Infantil


Por mucho tiempo se buscaron las palabras precisas para describir ¿qué es Literatura Infantil?; sin llegar a ningún acuerdo.  Pero a poco andar  nos encontramos en primera instancia que  “la literatura infantil es ante todo, literatura, sin adjetivos de ningún tipo; si se le añade infantil no es sino por el deseo de delimitar una época concreta de la vida del hombre que, en literatura, está marcada por las capacidades de los destinatarios lectores, y, en menor medida, por gustos e intereses lectores concretos” (Cerrillo & Sánchez, 2007).
Cervera (1989) cree que el concepto de literatura infantil ha de tener un papel integrador y selectivo diciendo que en esta: “se integran todas las manifestaciones y actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica que interesen al niño”. Una de las condiciones que reúne esta definición hace alusión al interés por parte del receptor, ya que, por muchos años la literatura estuvo arraigada al concepto de moralizante, que cerraba las diversas interpretaciones que podían darle los receptores al texto y sobre todo dejaba disminuido el propósito  de goce estético, del atractivo, del contenido artístico que este trae. Existe mucha literatura infantil con una tendencia moralizante, lo que no quiere decir que es malo, o que ya no debe ser así; a lo que se quiere llegar es que esta tendencia no debe opacar el otro objetivo que es que el contacto con la literatura infantil y juvenil abra paso también al goce estético, a nuevos mundos, a la plurisignificación, a la búsqueda de sentido.
Es por ello que en la literatura debemos distinguir entre dos tipos de textos, los primeros son los libros destinados para niños, los cuales pueden ser informativos o expositivos pero no siempre tienen un trasfondo estético, por lo tanto no se pueden igualar con la LI, ya que, en esta debe estar la finalidad artística. La LI se debe definir en todo lo que al niño le interesa más que por lo que ha sido destinado al niño, este sentido se distinguen tres tipos de literatura, la primera es la ganada que no siendo para niños estos se la apropiaron, como es el caso de los cuentos tradicionales, de Perrault, los hermanos Grimm. La segunda es la denominada explícitamente como literatura para niños que fue pensada para ellos y por último la literatura instrumentada que fue creada con el fin de enseñar algo específico. (Lluch hace alusión a esto en su entrevista)
Para Bodoc (2010) “leer un texto literario no es leer cualquier otra cosa” ya que al leer se crean imágenes internas, estas se fundan sobre la base de experiencias y carencias propias, según Martínez, B. (2002) el lector “aplica sobre lo leído sus propios códigos interpretativos, lo cual le permite extraer significados diversos, captar contenidos culturales en forma articulada y escribir su propia obra, yendo así por caminos de creatividad.” Esto permite considerar al lector como un agente activo y creativo, Rosell señala que “el papel del niño en la literatura infantil no es el de simple destinatario” pues reconstruye los sentidos de un texto literario en el contexto de una situación comunicativa específica y en quien prevalece la libertad de pensamiento.
En la opinión de muchos teóricos la clave de la creatividad es el pensamiento divergente, es decir, aquel que se separa en varias direcciones. Para Martínez, B. (2002)  “creatividad es sinónimo de pensamiento divergente, o sea es capaz de romper los esquemas de la experiencia. Es creativa una mente que trabaja siempre, dispuesta a hace preguntas, a descubrir problemas donde los demás encuentran respuestas satisfactorias.”
Al encontrarse con la literatura, el infante según (Munita & Riquelme 2009) “suspende las reglas propias de la comunicación funcional, y se sumerge en la lógica interpretativa que le exige el carácter estético propio de ese texto.” Es decir, en el marco de la enunciación artística, existen códigos libres que pueden cambiarse y reinventar la realidad, sin tomar en cuenta las referencias denotativas que se utilizan en el mundo cotidiano. Por lo tanto, para Sánchez, (1995) en literatura, “las palabras leídas ni pueden representar referentes reales en sentido estricto ni transportan significados inamovibles.”

La literatura infantil y juvenil, permite descubrir estos mundos distintos que van más allá de las palabras escritas en el papel, genera una multitud de posibilidades creativas que despiertan el interés de los niños, según Cerrillo & Yubero (2003) "en la infancia la creatividad brota naturalmente y la literatura infantil es un campo especial para su cultivo".

La conexión del niño con el relato, se logra en buena medida gracias a la capacidad del mediador de “vehiculizar los sentimientos y atmósferas emocionales propias de la narración, permitiendo así la exploración de estos mundos narrados al niño auditor”  (Munita & Riquelme, 2009). En la lectura mediada de literatura infantil se narran historias en las que deben primar  interacciones del mediador llenas de emoción en el lenguaje verbal y no verbal utilizado.


Para comprender al mediador de lectura debemos manejar algunas características que aportan a un adecuado desarrollo del mediador, entendiéndolo como un adulto que facilita los primeros acercamientos del niño al libro, en donde la afectividad y la creación de un momento de lectura acogedor y gratificante son tareas fundamentales de este. El mediador es un verdadero pasador de libros.

En este sentido, es sumamente importante reivindicar nuestro rol como mediadores, entendiendo que este puede ser el primer contacto que tenga un niño con la literatura, y  es por lo tanto, fundamental realizarlo de la mejor manera posible.


Palabras claves: Literatura, creatividad, pensamiento divergente, mediador.


Bibliografía


Bodoc, L. (2010). El presente de la LIJ  iberoamericana (segunda jornada del congreso académico)

Cervera, J. (1989). La literatura infantil en la construcción de la conciencia del niño. Monteolivete 9- 10: 21- 36.


Cerrillo, P. & Sánchez, C. (2007). “Lo literario y lo infantil: concepto y caracterización de la literatura infantil”. En Cerrillo, Pedro y S. Yubero (coords.) La formación de mediadores para la promoción de la lectura. Cuenca: CEPLI; 2ª edición, pp. 17-25.


Cerrillo,P. & Yubero,S. (2003) La formación de mediadores para la promoción de la lectura. España.Cuenca: CEPLI; 2ª edición, pp. 17-25.


Martínez, B (2002)  El taller de literatura, un taller de pensamiento Colombia: U. de la Sabana


Munita, F. & Riquelme, E. (2009) Pacto enunciativo y mecanismo desacoplador, el proceso de articulación en la comprensión de la literatura de ficción. Estudios Pedagógicos. Vol. 35. (2), 261-268.


Rosell, J.  (2012) “¿Qué es la literatura infantil? Un poco de leña al fuego” Consultado el 12 de abril del 2013 en http://www.cuatrogatos.org/show.php?item=217


Sánchez, L. (1995) Literatura infantil y lenguaje literario. Barcelona: Paidos.

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