La literatura es un arte,
que busca embellecer el lenguaje mediante la manipulación de las
palabras, es uno de los principales medios de expresión de
emociones, y destaca por su carácter plurisignificativo, ya que permite
abrir nuevas posibilidades, nuevas interpretaciones, que generan múltiples
significados. Pero no sólo se trata de palabras manejadas para un fin estético,
ni de saber la mayor cantidad de significados para un texto literario; la
literatura busca ir más allá, pretende ampliar el conocimiento, y más aún,
desarrollar el pensamiento divergente, permitiendo la comprensión de nuevos
mundos, y por tanto a la creación de un mundo propio, nuestro.
Por mucho tiempo la literatura infantil fue considerada una
rama menor de la literatura, por olvidarse de los elementos centrales de esta
como los elementos estéticos, sin embargo, hoy es cuestionable si estos textos
eran o no literatura, ya que, durante siglos lo que se destinaba al niño no era
sino más bien un material moralizador y didáctico. Hoy en el siglo XXI
Cerrillo, P. (2007) nos señala que “la
literatura infantil es ante todo y sobretodo, literatura” Este ha de tener un concepto
integrador, donde según Cervera, J. (1989) citado por Borda, M. (2002) caben “todas las manifestaciones y
actividades que tienen como base la palabra con finalidad artística o lúdica
que interesen al niño”.
La literatura utiliza un lenguaje plurisignificativo, distinto al que le concedemos a la palabra en su uso frecuente. Por tanto, si lo primordial del lenguaje funcional o estándar es trasmitir mediante la denotación convencional privilegiando el mensaje antes que el embellecer el lenguaje, el literario para Cerrillo, P. (2007) “usa las palabras más allá del significado con que sustituyen la realidad designada”. Es decir, lo modifica otorgarles nuevos significados que, a su vez, facilitan la construcción de mensajes divergentes y originales, aumentando la cantidad de diálogos posibles entre texto y lector.
Una de las principales virtudes de la literatura es que
permite despertar el pensamiento creativo y esto para Martínez, B. (2002) “es lo que va creando la
cultura y transformando el mundo. La creatividad tiene que ver con el patrón
estético, relativo a la experiencia y creación de la belleza, a la búsqueda y concepción
de la obra de arte”. Leer
literatura permite despertar la curiosidad, así como también penetrar
otras realidades, llegar a reflexiones que observadas desde un personaje, de un
final o un silencio del literato, benefician procesos cognitivos, permitiendo
generar experiencias, intuiciones, tratando de comprender el porqué de las
circunstancias o desenlaces que tienen un sentido definitivo en la obra.
En este sentido, mi
experiencia con la Literatura surge desde la niñez, en donde gracias a los
libros que existían en mi casa pude despertar la curiosidad, conocer
nuevos mundos e imaginarme dentro de ellos. ¿Quién de mi generación no pensó en
estar en el colegio de Harry Potter? o más bien... ¿Quién no esperó su
lechuza invitándolos a participar en dicho colegio?. La literatura
es, entonces, una puerta de entrada al conocimiento... donde se permite que el
lector sea parte de lo que se narra, en donde utilice su creatividad.
Esta creatividad no es espontánea, al contrario se trabaja, educa, potencia o destruye buscando la igualdad del pensamiento, en esto juega un rol fundamental la literatura, ya que según Yubero, S. (1995) “para el desarrollo de la capacidad creativa es necesario ofrecer al niño la posibilidad de crear y manifestar a través de la práctica todo su potencial imaginativo”.
Por todo
lo expuesto y de acuerdo a mi experiencia puedo decir entonces que existen
muchos beneficios entre el contacto del niño con la literatura, ya que le
permite conocer un mundo nuevo, el cual le produce un goce, amplia su
vocabulario, es por tanto importante reconocer el valor de la literatura y
aprovecharlas en el aula.
Es en este
sentido que surge la importancia del mediador puesto que posibilitamos que
cada estudiante genere a través de un texto literario un significado,
permitiendo así que la literatura tenga por fin un lenguaje
“plurisignificativo” y facilitando el encuentro con el pensamiento creativo y
divergente.
Palabras claves: Literatura infantil,
plurisignificativo, literatura, pensamiento divergente
Bibliografía
Cerrillo, P. (2007) “Lo literario y lo
infantil”. España: Universidad de Castilla – La mancha
Cervera, J. (1989) citado por Borda, M. (2002) “Literatura infantil y juvenil. Teórica y didáctica” Granada: Grupo editorial Universitario.
Iser, W. (1989) La
estructura apelativa de los textos, en
Warning, R. (comp.), Estética de la recepción, Madrid, Visor.
Martínez, B (2002) El
taller de literatura, un taller de pensamiento Colombia: U. de la Sabana
Sánchez, L. (1995) Literatura infantil y
lenguaje literario. Barcelona: Paidos.
Yubero, S. (1995) Algunos
aspectos psicosociales para la reflexión en torno al niño, la literatura, la
escuela y la cultura de la imagen Barcelona:
Torre de papel
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